Junto con el cambio de estación vienen muchísimos cambios en la piel. Se reseca, se vuelve un poco más sensible, y esto provoca más enrojecimiento, más impurezas y cierta inestabilidad. La piel necesita balance durante los cambios de estación, especialmente cuando hay fluctuaciones de temperatura entre frío y calor. Mi filosofía de cuidado de la piel se centra en mantener ese balance, en no atacar la piel, sino en acompañarla para que alcance su estado más equilibrado. Como resultado, obtendremos una piel más luminosa, más hidratada, más suave y menos propensa a reaccionar negativamente al entorno.

Aquí te dejo tres consejos para lograrlo:

1. Atención a la Limpieza

Es fundamental que tu limpieza sea suave. Busca productos que no hagan demasiada espuma. Una limpieza agresiva puede despojar a la piel de sus aceites naturales, dejándola más vulnerable y desequilibrada. Opta por limpiadores que respeten la barrera natural de tu piel y la mantengan hidratada.

2. Introduce un Producto Nutritivo

Incorporar un producto nutritivo a tu rutina es esencial, pero asegúrate de que no sea pesado. Personalmente, me gustan mucho los aceites, ya que ayudan a generar una barrera protectora en la piel. Esta barrera es crucial para evitar que los cambios bruscos de temperatura deshidraten la piel de manera excesiva. Los aceites pueden proporcionar la nutrición necesaria sin sobrecargar la piel.

3. Simplifica tu Rutina

Durante estos periodos de transición, es mejor evitar tratamientos específicos como peelings o el uso intensivo de retinol. Mantén una rutina simple y efectiva. A mí me encanta mi rutina básica, que consiste en limpieza, tónico, aceite y protección solar en la mañana. Esta combinación asegura que mi piel esté protegida, nutrida y equilibrada sin someterla a estrés innecesario.

Siguiendo estos consejos, puedes ayudar a tu piel a adaptarse a los cambios de estación, manteniéndola saludable y radiante durante todo el año. Recuerda, la clave está en acompañar a tu piel y proporcionarle lo que necesita para mantenerse balanceada y fuerte frente a las variaciones del clima.