Está en todas partes y a todas horas del día. Desde que nos despertamos hasta que nos vamos a dormir nuestra piel se ve expuesta a la tan renombrada luz azul. Pero ¿Qué es, qué efectos tiene y cómo podemos prevenirla? Aquí te lo contamos.
Paloma Armijo
Hace 1 Mes
Lo primero que debes saber es que la luz azul es una parte de la luz visible, la más energética, por lo que sus efectos son muy parecidos a los de la radiación ultravioleta especialmente los generados por los rayos UVA. Proviene mayormente de la luz natural del sol, pero también de las fuentes artificiales a las cuales estamos expuestos constantemente. Así es cómo los teléfonos celulares, tablets, ipad, computadores, pantallas y luces led se convierten en enemigos que afectan nuestra piel.
El principal efecto que tiene la luz azul o luz visible de alta energía (HEV), como también se le conoce, es el envejecimiento prematuro de la piel. Produce hiperpigmentación cutánea y penetra profundamente en la piel hasta las capas donde residen el colágeno y la elastina, favoreciendo así la aparición de manchas y arrugas y disminuyendo la elasticidad de la piel.
Además reduce los niveles de melatonina, interfiriendo en la calidad del sueño (tan importante para nuestra piel!) y genera un estrés oxidativo en ella, provocando la formación de radicales libres que deterioran las células de nuestra piel, volviéndola más propensa a la sequedad e irritación.
Pero tranquilas! Existen formas de proteger nuestra piel y de prevenir una exposición excesiva a la temida luz azul.
Lo primero y más importante es el uso de protector solar, en invierno y verano y todos los días. Debes procurar elegir aquellos que, además de filtrar los rayos UVA y UVB, contengan óxido de hierro o bien especifiquen que están diseñados para proteger contra la luz azul.
Utiliza productos que contengan Niacinamida, Reservatrol o Vitamina C en tu rutina diaria de skincare. Éstos componentes tienen la facultad de neutralizar los radicales libres, previniendo así la oxidación prematura de la piel.
Mejora tu alimentación e incorpora antioxidantes a tu dieta. Consume alimentos ricos en Vitaminas A, C y E, como arándanos, frutos secos, zanahorias y hojas verdes.
Y por último, intenta disminuir el tiempo de exposición a dispositivos electrónicos. Y si no puedes hacerlo por tu trabajo o rutina diaria, busca protectores de pantalla que neutralicen la luz azul.
Pese a que la tecnología nos facilita en muchos aspectos la vida y tiene múltiples beneficios, ya pudimos ver las repercusiones negativas que puede tener en nuestro cuerpo. Tomando conciencia del daño que la luz azul produce en tu piel y siguiendo estos simples consejos, podrás protegerla y retardar los efectos nocivos que esta produce.
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